El primer paso para preparar la instalación de tu tanque estacionario es conocer la normativa local. Las leyes y regulaciones pueden variar considerablemente dependiendo de la ubicación, afectando factores como el tamaño permitido del tanque, el lugar de instalación, y las medidas de seguridad necesarias. Es crucial ponerse en contacto con las autoridades locales o consultar con un profesional para comprender las especificaciones y restricciones en tu área.
Además, es posible que necesites obtener permisos antes de instalar un tanque estacionario. El proceso de solicitud podría incluir la presentación de planos, pruebas de cumplimiento con normas de seguridad, y posiblemente una inspección del sitio. Iniciar este proceso con anticipación es clave para evitar retrasos en tu proyecto.
Elección del lugar adecuado
Una vez que conozcas las regulaciones locales y cuentes con los permisos necesarios, el siguiente paso es seleccionar cuidadosamente el sitio para tu tanque estacionario. Este debe cumplir con varios criterios de seguridad, tales como:
Proximidad a fuentes de ignición: El tanque debe estar ubicado lejos de cualquier fuente de ignición o calor, como parrillas, calderas y vehículos en marcha.
Accesibilidad: Coloca el tanque en un lugar accesible para facilitar su llenado y mantenimiento, pero fuera del alcance de vehículos que puedan colisionar con él.
Estabilidad del suelo: Escoge un sitio con suelo firme y nivelado para evitar desplazamientos o inclinaciones del tanque.
Ventilación y distancia de seguridad
Finalmente, es crucial considerar la ventilación y la distancia de seguridad con respecto a estructuras y áreas habitables. Un tanque estacionario de Gas LP debe estar lo suficientemente alejado de ventanas, puertas y otras aberturas para prevenir la entrada de gas en caso de fuga. Las normativas locales pueden especificar distancias mínimas, pero como regla general, una mayor distancia equivale a mayor seguridad.